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La ilusión de la ciudadanía en el teatro político: análisis sin concesiones, los impresentables de MC

*La política, ese escenario donde se juega el destino de millones, no puede ni debe ser el refugio de aventureros cuyas únicas credenciales son su desmedida ambición

*Con Jorge Sanén al frente, Morena se prepara para enfrentar los retos inminentes de la XVIII Legislatura y se propone escribir una nueva página en la historia política de la entidad

Por Joaquín Quiroz

En esta tierra de contrastes y desigualdades, surge una vez más la comedia trágica de los llamados empresarios-ciudadanos, esos personajes que, embriagados por el perfume embustero de su propia fortuna, pretenden ahora vestirse con la túnica de la ciudadanía común. Es una farsa grotesca, una distorsión de la realidad tan absurda que sólo podría ser digerida por mentes ávidas de ilusiones baratas y retóricas desgastadas.

Ahí está el ejemplo viviente en Movimiento Ciudadano, ese escaparate de vanidades donde se exhiben, como trofeos de caza, figuras como Roberto Palazuelos y Jorge Portilla Mánica, supuestos estandartes de una ciudadanía que jamás han conocido. Estos personajes, acostumbrados a navegar en las turbulentas aguas de demandas laborales y escándalos de despojo, hoy pretenden erigirse como paladines de la justicia social, un papel tan creíble como el de un lobo disfrazado de oveja.

No menos caricaturesca es la figura de José Luis Pech, ese empresario transformado en político por obra y gracia de la conveniencia, un camaleón de la política que encontró en Movimiento Ciudadano su último refugio, después de haber sido rechazado por otros partidos que, en su momento, le parecieron menos atractivos.

Este es el verdadero rostro de una élite que, disfrazada de ciudadanía, no busca el bienestar común sino el engrandecimiento de sus fortunas personales. Son auténticos artistas del engaño, maestros en el arte de manipular esperanzas y desesperanzas por igual, con el único fin de perpetuar su estatus en una sociedad que, irónicamente, les ha permitido escalar hasta lo más alto sin pedirles nada a cambio.

La irrupción de estos empresarios en el ámbito político no es más que el último acto de una obra largamente representada, donde los privilegios de pocos se disfrazan de derechos de muchos. En su ambición desmedida, estos suspirantes a políticos no sólo insultan la inteligencia del pueblo, también corroen los cimientos de una democracia que, aunque imperfecta, merece actores de una estirpe mucho más noble.

La pregunta que queda flotando en el aire, como un eco persistente, es si seremos capaces de desenmascarar esta farsa antes de que el telón caiga sobre nosotros, sumiéndonos en un oscurantismo del que será aún más difícil escapar. La política, ese escenario donde se juega el destino de millones, no puede ni debe ser el refugio de aventureros cuyas únicas credenciales son su desmedida ambición y su probada incapacidad para sentir el verdadero pulso de la ciudadanía.

En esta cruzada por la autenticidad y la transparencia es imperativo que levantemos la voz, que señalemos con dedo acusador a quienes, desde sus torres de marfil, pretenden dictar el futuro de una sociedad a la que apenas conocen. Que esta sea nuestra lucha, nuestra resistencia ante la impostura y el cinismo de quienes ven en la política un mero trampolín para sus intereses mezquinos. Porque Quintana Roo, y cada rincón de esta tierra, merece algo mucho mejor, que estos payasos disfrazados de políticos y enfundados en el color naranja.

Renovación y unidad, el nuevo horizonte de Morena con Jorge Sanén al frente

Tras un periodo marcado por la controversia y el desencanto, la política local parece estar al borde de un renacer. La XVI Legislatura dejó tras de sí una estela de desaciertos, cuya gestión se ha convertido en sinónimo de oportunidades perdidas y de una representación que distó mucho de cumplir con las expectativas depositadas por el electorado.

Sin embargo, el anuncio de las posiciones plurinominales por parte de Morena ha insuflado un aire fresco en el panorama político, alentando la esperanza de un cambio sustancial hacia lo que promete ser un capítulo más prometedor en la XVIII Legislatura.

En este contexto de anticipada renovación, surge la figura de Jorge Sanén Cervantes, un perfil que rompe con el molde de la política tradicional y que se perfila como la apuesta de Morena para liderar un proceso de unificación y fortalecimiento interno. Sanén, conocido por su destreza y su profundo entendimiento del tejido social y político de la entidad, emerge como un operador político de primer nivel, y como un auténtico representante de las aspiraciones de un partido que busca redefinirse y consolidarse como la fuerza dominante en la región.

El respaldo de Jorge Sanén por parte de las altas esferas de la primera morenista de Quintana Roo no es casual. Es el reconocimiento a un liderazgo que combina visión, preparación y un tacto político capaz de navegar las complejidades de un escenario en constante cambio. Este soporte lo posiciona como un candidato de peso dentro del partido, además de ser una figura clave en el proyecto de reconstrucción del tejido político y social de la entidad.

La elección de Sanén como punta de lanza en la próxima legislatura simboliza un giro hacia la moderación, la inteligencia política y el compromiso con los principios fundacionales de Morena. A diferencia de la gestión anterior, que se vio ensombrecida por la falta de tacto y una visión limitada, Jorge Sanén representa la esperanza de una gobernanza que privilegia el diálogo, la inclusión y el trabajo conjunto por el bienestar de la ciudadanía.

La confianza depositada en Sanén refleja un deseo colectivo de superar las divisiones y las fracturas internas que han minado la eficacia y la cohesión del partido en el pasado. Es un llamado a la unidad, a la acción conjunta y a la reconstrucción de un Morena que se erija como verdadero representante de las necesidades y aspiraciones de su base electoral.

Con Jorge Sanén al frente, Morena no sólo se prepara para enfrentar los retos inminentes de la XVIII Legislatura, también se propone escribir una nueva página en la historia política de la entidad, donde prevalezcan la sensatez, la capacidad de gestión y un liderazgo que entiende la política como instrumento de servicio al pueblo y no como un fin en sí mismo.

El horizonte que se vislumbra con la figura de Sanén es uno de optimismo cauteloso. Resta por ver si este liderazgo renovado será capaz de materializar las expectativas y convertirse en el catalizador de un cambio profundo y duradero. Lo que es indudable es que Jorge Sanén representa una oportunidad única para Morena de reencontrarse con sus raíces, de fortalecer sus filas y de avanzar hacia un futuro donde la política se ejerza con responsabilidad, integridad y, sobre todo, con un genuino compromiso hacia la ciudadanía que demanda y merece una representación a la altura de sus expectativas.

Curva peligrosa…

En la efervescente atmósfera política de Playa del Carmen, la carrera por la Secretaría General del Sindicato Lázaro Cárdenas del Río adopta un matiz especialmente relevante este año.

La contienda se perfila, no sólo como un duelo de personalidades, sino como un referendo sobre la esencia misma de lo que debe ser la gestión sindical en nuestros días. En este contexto, la figura de Jacinto “Chinto” Aguilar Silvarán emerge con una promesa de cambio que resuena profundamente entre concesionarios y operadores por igual.

El arranque de su campaña, marcado por el simbolismo del corte del listón en su Casa de Campaña en la colonia Ejidal, es más que un acto ceremonial. Es la materialización de una visión compartida por muchos dentro del gremio taxista: la de un sindicato que opera bajo los principios de transparencia, equidad y compromiso genuino con el bienestar de sus miembros. El color guinda de su planilla no sólo distingue a este grupo, simboliza la pasión y la determinación de llevar a cabo una transformación profunda y necesaria.

El liderazgo de Jacinto Aguilar no es una novedad para quienes han seguido de cerca la evolución del sindicato Lázaro Cárdenas del Río. Su gestión anterior, entre 2009 y 2015, dejó una huella imborrable gracias a su enfoque en fortalecer la estructura sindical, sanar las finanzas, y abordar de manera efectiva las inquietudes de los agremiados. Hoy, con el respaldo de concesionarios y la confianza de los socios operadores, “Chinto” Aguilar propone un proyecto ambicioso que promete continuar con las mejoras y ampliarlas para adaptarse a los nuevos desafíos y necesidades de sus miembros.

Los concesionarios y operadores de Playa del Carmen se encuentran en un punto de inflexión crucial. La elección de Jacinto Aguilar como secretario general del Sindicato Lázaro Cárdenas del Río no sería sólo la victoria de un hombre, sino el triunfo de una visión compartida de justicia, inclusión y transparencia. Será una señal inequívoca de que el sindicalismo taxista está listo para abrazar los principios de integridad y responsabilidad social, esenciales para navegar los desafíos del presente y del futuro.

Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.

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