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QUINTANA ROO: UNA NUEVA ERA DE INCLUSIÓN Y RESPETO BAJO EL MANDO DE MARA LEZAMA

Por Joaquín Quiroz.

El estado de Quintana Roo presencia una transición significativa en su esfera política con la llegada de su primera gobernadora, Mara Lezama. Esta novedad rompe con un pasado reciente marcado por la desatención y la arrogancia en la gestión estatal.

En retrospectiva, la administración anterior en la que cobraba como gobernador Carlos Joaquín es descrita como un período oscuro, caracterizado por excesos y una política de persecución. 

Ya que la entidad en lugar de ser un colectivo político orientado al bienestar ciudadano, se formó un círculo de cómplices que, lejos de servir al público, abusaron de su poder para dañar a la entidad. La gestión de Joaquín es tildada de cínica, y su legado se percibe como un lastre para el progreso del estado.

Contrastando con este panorama, la actual gobernadora Mara Lezama representa un cambio radical. Su gobierno se caracteriza por la inclusión y la cortesía. La gobernanza de Lezama se enfoca en respetar los tiempos y procesos, una práctica que parecía olvidada en el sexenio anterior. 

Bajo su liderazgo, la ciudadanía se siente valorada; no hay distinción entre clases, y se promueve una participación activa de todos los sectores de la sociedad, incluyendo empresarios y trabajadores diarios.

Lezama ha implementado una agenda laboral intensa, con actividades constantes que no solo atienden a la entidad sino también a la representación del estado en el centro del país. 

Su presencia en la toma de decisiones nacionales es un testimonio de su compromiso con la visibilidad y el progreso de Quintana Roo. Se insiste en que con Lezama, hay un rumbo definido y una ausencia de falacias.

La gestión de Lezama no solo es diferente en su estilo sino en su esencia. Se destaca su habilidad para hacer bien las cosas, lo que sugiere una esperanza renovada para el futuro de Quintana Roo. 

La inclusión y el respeto hacia la ciudadanía se proyectan como los pilares de su mandato, prometiendo una era de políticas orientadas al bienestar general y no a intereses particulares.

Mientras que el pasado gubernamental de Quintana Roo es recordado con desdén, la administración actual promete ser recordada con respeto. Mara Lezama, en su papel pionero como gobernadora, lleva a cabo una gestión que posiblemente no solo reformará el estado en el corto plazo sino que también definirá su trayectoria para las generaciones futuras.

UNA PENA LA FALTA DEL RESPETO A LA PRENSA POR PARTE DE KARLA ALMANZA.

En una realidad paralela llamada Quintana Roo, la obra teatral de la política nos presenta su más reciente acto, protagonizado por funcionarios que, en un intento de tragicomedia, parecen olvidar el guion escrito por la dirección de la compañía.

La escena se abre con la figura del encargado de PROFECO en la entidad, cuya interpretación del papel de servidor público parece haber sido confundida con la de un soberbio monarca del siglo XVIII. 

En un reciente acto público, nuestro ilustre actor, al ser cuestionado por los representantes del periodismo que ahí estaban, ejecutó una danza de evasivas, seguida de un abrupto corte de escena, dejando al público con más preguntas que una novela de misterio sin final.

No muy lejos de allí, entra en escena Karla Almanza López, la todavía secretaria de Desarrollo Económico, cuya transición de gerente de tienda a títular de la oficina de las políticas públicas de Economía en la entidad  ha sido tan sorprendente como un giro argumetnal en un episodio de telenovela. 

Con un año en el cargo y una lista de logros tan extensa como el vacío entre las promesas y la realidad, Almanza López decidió que la mejor defensa es un buen ataque, especialmente contra esos incómodos portadores de la verdad, los periodistas.

Es aquí donde la ironía se hace tan espesa que podría cortarse con el cuchillo que Almanza López usó para prohibir a los medios transmitir la verdad. Uno se pregunta si en su anterior empleo trataba a los clientes con la misma cortesía con la que ahora ‘atiende’ a los reporteros, o si acaso en la SEDE, la etiqueta es tan flexible como la moralidad de un político en campaña.

¿Qué le pasa a esta señora? ¿No se le habrá informado que en una democracia, la prensa es la voz del pueblo y no un eco de los caprichos de improvisadas funcionarias? Y lo peor de todo, se atreve a evocar el nombre de la gobernadora Lezama como si fuera un talismán para silenciar críticas, un movimiento tan desacertado que hasta los novatos de la política palidecerían.

Mientras Mara Lezama intenta orquestar una sinfonía de progreso y adecuada gestión, algunos de sus músicos parecen desafinar con sus solos improvisados. 

Y aunque la gobernadora dirige con la batuta de la corrección, hay quienes, como si fueran sordos a la melodía, tocan al ritmo de su propia percusión desentonada. 

Es tiempo de afinar los instrumentos, o mejor aún, de encontrar músicos que puedan seguir la partitura.

Una disculpa pública de la señora Almanza López a la prensa no solo sería un acto de cortesía sino una necesidad urgente. A menos, claro está, que prefiera seguir protagonizando esta farsa, donde la única ovación que recibirá será la del sarcasmo y la ironía del respetable público.

Y recuerden… Esto es Sólo para Informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, Twitter, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten nos leemos pronto Dios mediante pero que sea Xlalibre 

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