Por Joaquín Quiroz
El escenario político que se vislumbra para Quintana Roo en 2024 es, sin lugar a dudas, uno de gran expectación. La renovación total de cargos de elección popular, con excepción del gobernador, plantea desafíos únicos, y el panorama es aún más sugestivo cuando recordamos la anterior coalición integrada por MORENA, VERDE, PT y el ya extinto FUERZA POR MÉXICO. Sin la presencia unificadora de Mara Lezama en la boleta, la contienda promete ser una danza política intensa.
La marca MORENA ha probado su arraigo en el electorado, pero en esta ocasión, el Partido Verde emerge con una ambición notable, dispuesto a demostrar su capacidad de convencimiento y movilización el día de la elección. Y mientras el Verde afina sus estrategias para llenar de votos las urnas el mero día intercambiando dádivas, el PT, aquel “florero” en el conjunto, probablemente se dedique a recoger lo que pueda de este banquete político, contribuyendo poco al tejido colaborativo.
Ante la ausencia de una figura central que los aglutine y vaya con ellos en las boletas, porque ninguna corcholata une a estos partidos como tal, en el verde hay quienes apoyan con todo a Ebrard, o incluso a su corcholata propia Manuel Velasco, y Claudia Sheimbaun miraa los del partido del tucán sabiendo no es la prioridad para ellos.
Por lo que no hay una corcholata presidencial que realmente los unifique, por lo que lo más probable es que estos partidos opten por proteger sus propios intereses, desvaneciendo el sentido de colaboración previo.
Esta situación es un terreno fértil para conflictos internos, ya que, aún dentro de cada partido, existen fracciones que atienden a distintas agendas y lealtades. El “fuego amigo” podría ser más dañino que cualquier ataque externo, con candidaturas en disputa y ambiciones personales en juego.
El escenario se complica más si consideramos las decisiones sobre géneros, representatividad y posibles reglas internas, como aquella que podría impedir la reelección de quienes hoy están en el poder principalmente en los municipios.
En esta ocasión veremos a los partidos trabajando por ellos y sus candidatos no por la alianza, ya que la ambición será en lo general, no se prevé veamos al rato a los del PT pelando porque les den posiciones a sus aliados verdes o morenos y viceversa.
Cada partido verá por sus intereses y dentro de los mismos partidos muchos obedecen a distintos amos y conveniencias, y algunos no han entendido que se deben a una jefa política que en lo estatal es quien debe decidir y designar, sin embargo, al interior de los tres partidos de la 4T hay fuego amigo e intereses mezquinos y también personajes indeseables para sus mismos compañeros.
Y si se incluyen cuotas para representantes LGTB, personas con discapacidad e indígenas, la estructuración de las candidaturas se vuelve un rompecabezas aún más complejo, donde es más dificil armar las piezas y concretar un buen andamiaje.
Quintana Roo se prepara para un proceso electoral lleno de intrigas y desafíos, donde las alianzas pasadas pueden no significar alianzas futuras, y donde el verdadero adversario puede estar en la mesa del propio partido.
Lo que es seguro es que este será un episodio político digno de estudio, y un reflejo de la evolución y ver qué tanta madurez democrática hay en la región.
URGENTE ACTIVAR CONEXIÓN EN AUTOBUS ENTRE CHETUMAL Y CAMPECHE.
En medio de las controversias nativistas sobre la denominación del Aeropuerto de Chetumal Bacalar, surge una preocupación más profunda y tangible para los habitantes de Quintana Roo: la alarmante falta de conexiones terrestres efectivas con el vecino estado de Campeche.
Esta deficiencia no sólo pone de manifiesto una carencia logística, sino también una ausencia palpable en la articulación de políticas de conectividad que respondan a las verdaderas necesidades de la población.
Si bien las peticiones y demandas del Sur en pos de igualdad de condiciones con el Norte son legítimas y necesarias, se debe priorizar una exigencia conjunta hacia la línea de autobuses monopolista de la región, cuestionando su incapacidad de establecer una ruta directa entre la capital de Quintana Roo y Campeche.
Es indiscutible la urgencia de una ruta de autobús entre Chetumal y Campeche, dadas las demandas de quienes, por razones médicas, académicas o de cualquier otra índole, requieren desplazarse entre ambas ciudades.
Esta falta de conectividad directa ha llevado a los ciudadanos a realizar complejos desplazamientos, como trasladarse primero a Mérida o Cancún para posteriormente dirigirse a Campeche, lo que resulta no solo ineficiente, sino también costoso en términos de tiempo y recursos.
Es imperativo que se intensifiquen los esfuerzos desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a nivel federal, así como el acompañamiento local de instancias como el Instituto de Movilidad, para que, en colaboración con los legisladores locales y federales, se aborde este crucial tema.
La ausencia de una comunicación terrestre directa entre dos capitales vecinas, a través del transporte público, no es un asunto menor y requiere de una acción conjunta y decidida que ponga fin a este desajuste logístico.
Y recuerden… Esto es Sólo para Informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, Twitter, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten nos leemos pronto Dios mediante pero que sea Xlalibre
