Por la libre.
Por Joaquín Quiroz Cervantes.
Hoy, 4 de septiembre, el calendario marca una fecha imposible de olvidar. Un día en el que deberíamos estar celebrando medio siglo de vida de una mujer extraordinaria: Samaria Angulo Sala.
Nacida en Chetumal, hija orgullosa de Quintana Roo, Samaria fue una pieza fundamental en la vida pública y política de Playa del Carmen, pero, sobre todo, fue —y seguirá siendo— el corazón de una familia que la extraña, la honra y la lleva consigo en cada paso.
Poco más de un año ha pasado desde que partió físicamente, pero quienes la conocieron saben que Samaria no se ha ido. Ella sigue aquí, presente en cada mirada de su hija Sami, en cada gesto noble de su esposo Gerardo, en cada recuerdo luminoso de quienes compartieron vida y sueños a su lado.
Su legado no se mide en los cargos que ocupó ni en las tareas cumplidas —aunque en el servicio público fue reconocida como una mujer cercana, entregada, incansable y siempre dispuesta a transformar la vida de los demás—, sino en lo más valioso que sembró: amor y ejemplo.
Quienes caminaron junto a ella en los pasillos del gobierno saben que Samaria tenía una manera distinta de entender el servicio público: con cercanía, sensibilidad y calidez.
En Playa del Carmen dejó huella en distintos espacios, construyendo puentes entre instituciones y ciudadanía, siendo siempre una voz que apostaba por el diálogo y la solución.
Su nombre evoca compromiso, sencillez y un estilo único de hacer política: con el corazón en la mano y la firme convicción de que servir era una vocación, no un privilegio.
Pero si en lo público brilló, en lo privado fue simplemente luminosa. Como esposa, Samaria fue el amor cómplice de Gerardo, la mujer que lo acompañaba en cada batalla y la que celebraba a su lado cada victoria.
Como madre, fue ternura y fortaleza, la voz suave que arrullaba a Sami, la sonrisa que hacía del hogar un refugio y el ejemplo que hoy sigue guiando los pasos de su pequeña.
Hoy, Gerardo y Sami viven con la certeza de que Samaria no se ha ido. La recuerdan al despertar, cuando la vida les pone pruebas y cuando el silencio de la noche se llena con sus recuerdos. Cada día, padre e hija convierten la nostalgia en homenaje, el dolor en fuerza y la ausencia en un motor que los impulsa a seguir adelante.
En Montería, Colombia donde han encontrado un nuevo hogar, Gerardo se levanta cada mañana con la firme decisión de honrar a su esposa. Su vida, ahora dedicada a Sami, es testimonio de resiliencia, amor infinito y fe inquebrantable.
Cada sonrisa de su hija es un recordatorio de Samaria; cada historia compartida antes de dormir es un puente que une el presente con la eternidad.
Sami crece con el amor de su madre en el alma y con el ejemplo de su padre en la vida diaria.
Juntos, han aprendido que extrañar no significa vivir en tristeza, sino mantener viva la llama de lo que fue y lo que sigue siendo.
Samaria cumpliría hoy 50 años, y aunque la vida no permitió celebrarlo en su presencia física, su familia y amigos la celebran en esencia.
Porque Samaria no fue solo una mujer, fue una manera de vivir: entregada, valiente, amorosa y siempre luminosa.
En cada gesto de Gerardo, en cada risa de Sami, en cada recuerdo que brota con cariño, Samaria sigue aquí, eterna, abrazando desde otra dimensión, guiando con su luz y bendiciendo a quienes la amaron.
Hoy, más que llorar su ausencia, celebramos su vida, su paso por este mundo y el amor inconmensurable que dejó como herencia. Porque hay mujeres que trascienden el tiempo y el espacio, y Samaria Angulo es una de ellas.
Curva peligrosa…
En Quintana Roo se abre paso una nueva etapa energética con la próxima llegada del gas natural a los municipios de Benito Juárez, Puerto Morelos y Playa del Carmen. Este avance no es casualidad, sino el resultado de la convergencia entre autoridades y ciudadanía, que han sumado esfuerzos para hacer posible que este combustible limpio y seguro sea una realidad en la región. Su arribo traerá grandes beneficios: hogares, comercios y empresas contarán con una alternativa más económica, confiable y sostenible; el sector turístico y hotelero tendrá mayor estabilidad en sus costos energéticos; y las familias disfrutarán de un servicio moderno que mejora la calidad de vida. Así, el gas natural no solo representa ahorro y eficiencia, sino también un paso firme hacia la competitividad y el desarrollo sustentable de Quintana Roo.