*En Quintana Roo, la verdadera segunda fuerza es el Partido Verde Ecologista, rebasando con creces las migajas naranjas
Por Joaquín Quiroz Cervantes
Desde la llegada de Jorge Álvarez Maynéz a Chetumal el pasado fin de semana, quedó claro que Movimiento Ciudadano en Quintana Roo no es más que un refugio para los políticos en desgracia: la gran Arca de Noé donde, como requisito mínimo, basta haber probado el amargo sabor de la derrota electoral. ¿Quién no ha perdido alguna elección para ganarse el pase automático a las filas naranjas?
Al frente de este circo de perdedores marchan figuras como José Luis Pech –cobrando sin rubor como dirigente– o la pareja de regidores Lidia Rojas Fabro y Jorge Portilla Mánica, cuyos currículos exhiben más fracasos que logros. Estos ilustres “rescatados” de la derrota se enorgullecen de su “experiencia”: haber naufragado en las urnas una y otra vez. Y, sin embargo, siguen alardeando de su supuesto liderazgo, como si cambiar de color de camiseta borrara el historial de fiascos.
La exacerbación del oportunismo alcanza niveles de farsa cuando observamos a Layla Flores Terrazas y Fernando Méndez Santiago, quienes cumplen al pie de la letra el único requisito de MC: haber presidido dependencias públicas con más sombras que luces. La ex titular del Registro Público de la Propiedad y Comercio, cuestionada por su opacidad en transparencia, ahora se pasea orgullosa bajo el paraguas naranja; y el otrora comisionado de Juventud, cuyo desempeño fue tan discreto que pasó inadvertido, luce ahora las insignias de un partido que presume de ser “la nueva política”, despojos del Chespirato, como tambien lo fue el suspirante a candidato David Ortíz Mena quien tambien coquetea con los naranjas y parte del pasaje oscuro del joaquinismo.
La estampa es penosa: mientras Álvarez Maynéz recorre Chetumal intentando insuflar ánimos a un auditorio casi tan diminuto como su trayectoria ganadora, los locales montan eventos de “gran importancia” que parecen sacados de un festival del Día del Niño con medio centenar de personas que fueron para ver si pepenaban algun juguete o algo, con cobertura mediática bombardeada a empellones. Periodistas invitados –previa acreditación y control de acceso– fueron expulsados con la torpeza de quien confunde pluralidad con adhesión incondicional. Y todo esto bajo el pretexto de salvaguardar la libertad de expresión. Ironías de la vida: un partido en “defensa de la democracia” censura a los medios.
La narrativa oficial de Movimiento Ciudadano pregona ser “segunda fuerza política” nacional; pero basta echar un vistazo a los 11 municipios de Quintana Roo para descubrir que tan sólo mantienen un puñado de regidurías y un diputado plurinominal. ¿Dónde quedó ese supuesto músculo político que, según ellos, arrasaría tras ganar Veracruz y Coahuila? Ganar algunos distritos heridos del PRI no los convierte en alternativa mayoritaria. En Quintana Roo, la verdadera segunda fuerza es el Partido Verde Ecologista, rebasando con creces las migajas naranjas.
Y aún cuando el nepotismo –ese viejo vicio del poder– parece exclusivo del PRI, en MC ya empieza a florecer. Ya no solo son los Pech, ahora llegan más familias, con todo y “perico y ratas viejas”, que se han incrustado en la estructura naranja, dispuestos a rascar lo que quede de las migajas políticas. Se avecina una guerra interna por una regiduría más o por la diputación plurinominal que, por cierto, llevan tres legislaturas coleccionando sin pena ni gloria.
La moraleja: mientras Movimiento Ciudadano en Quintana Roo acumula derrotados como si fueran fichas de colección, su dirigencia nacional y estatal se enfanga en simulacros y gestos populistas vacíos. Más que proponer, exhiben su incapacidad para construir proyectos de largo aliento; más que sumar voluntades, se dedican a reclutar al restos de la fauna política que ya no tiene cabida en otros partidos.
Al final del día, esta Arca de Noé naranja amenaza con hundirse bajo el peso de sus propias miserias y contradicciones. Y no faltará quien, entre trompadas internas, termine por hundir aún más ese barco construido exclusivamente para quienes no supieron ni supieron ganar. Porque, en política, perder ya no basta: también hay que saber nadar.
Curva peligrosa…
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Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, López, el Covid19, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.
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