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Mientras en el sur lloran ramas, el norte siembra futuro

*En Felipe Carrillo Puerto, tierra maya de historia combativa y corazón identitario de la región, se escribe un nuevo capítulo en la agenda nacional con la visita de la presidenta de México

Por Joaquín Quiroz Cervantes

Mientras en el sur del estado se siguen organizando rituales de nostalgia en torno a árboles secos, en el norte se construyen rutas hacia el porvenir. En Quintana Roo, una entidad tan rica como diversa, pareciera que la brújula moral y política apunta en direcciones opuestas dependiendo de la latitud: al sur, el letargo disfrazado de resistencia; al norte, la transformación convertida en realidad palpable.

Allá, entre lamentos, asambleas al pie de ceibas que no dieron sombra y discursos que suenan más a epitafios que a propuestas, se busca exaltar lo que ya no existe. Se aferran al recuerdo de liderazgos que se marchitaron solos, porque jamás aprendieron a regenerarse, ni menos a reinventarse. Se escriben cartas abiertas con tono lastimero, como si la autocompasión fuera una estrategia viable para retomar el poder.

Ahí, donde el discurso gira en torno al pasado, las acciones se estancan. Se habla de traiciones, de agravios históricos, de luchas intestinas. Se acusan unos a otros por el árbol caído, pero nadie quiere aceptar que nunca se sembró bosque. Lo que se vive es una política de la melancolía, donde la falta de resultados se camufla con identidad y la inacción se justifica con épica.

En contraste, el norte del estado no tiene tiempo para ceremonias. Aquí se construye, se gestiona, se innova. Se gobierna con visión, no con consignas. Cancún, Playa del Carmen, Tulum, Puerto Morelos no están en el negocio del lamento; están en el de la acción. Mientras en el sur se litigan entre sí por los despojos de un liderazgo marchito, en el norte se planean los próximos sexenios con rumbo, proyecto y equipo.

Aquí se habla de modernización administrativa, de desarrollo urbano con rostro humano, de inversión social que no se queda en el papel. Las decisiones no se toman desde el enojo ni desde la víscera, sino con datos, con planeación estratégica y con vocación de servicio. La diferencia es clara: allá se exige lealtad a símbolos caídos; acá se construye institucionalidad.

Mientras el sur organiza marchas por ramas secas, el norte organiza foros de innovación. Mientras allá se busca imponer liderazgos desde el dolor, aquí se forjan desde el trabajo. Mientras unos reparten culpas y facturas ideológicas, otros entregan cuentas claras, obra pública y gobernanza.

Y así, mientras en el sur se rinde culto a un pasado que ya no regresa, el norte avanza sin mirar atrás. No es soberbia, es eficacia. No es desdén, es visión de futuro. Que sigan con sus ceremonias botánicas, sus cartas abiertas y sus quejas cerradas. El norte ya va en tren… y no precisamente el Maya, sino el del desarrollo, la competitividad y el porvenir.

Porque en política —como en la naturaleza— los árboles que no se adaptan, caen. Y las regiones que no se reinventan, se marchitan. Afortunadamente, en el norte, el sol de la transformación ya no da tregua, y las raíces del futuro se siguen sembrando, firmes, profundas… y vivas.

Desde Carrillo Puerto, la salud como eje de la transformación

Este viernes, el sur profundo de Quintana Roo se viste de transformación. En Felipe Carrillo Puerto, tierra maya de historia combativa y corazón identitario de la región, se escribe un nuevo capítulo en la agenda nacional con la visita de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien llega para encabezar la asamblea del programa “Salud Casa por Casa”. La recibirá una mujer con quien comparte no solo principios, sino visión de país: la gobernadora Mara Lezama Espinosa.

Este encuentro no es una postal de ocasión. Se trata de una acción estratégica que marca el arranque de una etapa profundamente humana del gobierno federal: acercar la salud a quienes por años vivieron lejos de todo, incluso de la esperanza. La presidenta Claudia Sheinbaum, científica de formación y humanista de convicción, llega a un municipio que por décadas fue ignorado en los mapas del poder. Hoy, la presidenta de México pisa Carrillo Puerto no para prometer, sino para cumplir.

El programa “Salud Casa por Casa” no es un eslogan, es un nuevo paradigma: brigadas integradas por médicos, enfermeras, promotores y trabajadores sociales recorrerán comunidades casa por casa, para atender a personas adultas mayores, personas con discapacidad y sectores históricamente vulnerables. La salud se desinstitucionaliza para volverse cercana, accesible, real. No se trata solo de infraestructura; se trata de presencia del Estado, de justicia social en su forma más tangible.

Y ahí está Mara Lezama, la gobernadora que desde el primer día de su gestión ha puesto a los más pobres al centro de sus políticas. En este evento, Mara no solo será anfitriona, será interlocutora directa de las necesidades del pueblo quintanarroense. Ya lo ha dicho: llevará una lista amplia de peticiones y gestiones para la presidenta, entre ellas, la necesidad de un hospital materno infantil, más médicos en zonas rurales y, a mediano plazo, un hospital de tercer nivel para el sur del estado.

Este tipo de encuentros muestran la verdadera naturaleza de la 4T: un gobierno que no se administra a sí mismo, sino que sale, escucha, recorre y atiende. Y que lo haga en Carrillo Puerto no es coincidencia, es un mensaje con claridad política. El sur, tantas veces postergado, está siendo colocado por esta administración en el centro de las decisiones nacionales.

Mientras en otros rincones del estado algunos se entretienen en dividirse entre ramas secas, en Carrillo Puerto florece una nueva forma de gobernar: con botas en la tierra, con bata blanca, con humanidad. Que no se equivoquen quienes subestiman esta gira presidencial. No es un evento protocolario más; es una declaración política de dignidad y justicia para los pueblos originarios.

Claudia y Mara, dos mujeres que han hecho historia en sus respectivos cargos, se encuentran en un escenario simbólicamente poderoso: una comunidad que representa lo más profundo de nuestras raíces y que hoy forma parte activa del proyecto de nación. Carrillo Puerto ya no está en la orilla del mapa; hoy es el centro del compromiso social del país.

En un país donde por años el sur fue sinónimo de olvido, la Cuarta Transformación lo ha convertido en punto de partida. Este viernes, con una presidenta que gobierna con ciencia y corazón, y una gobernadora que ejecuta con pasión y cercanía, Felipe Carrillo Puerto será ejemplo de cómo se construye bienestar con rostro humano, sin discursos vacíos y con acciones concretas.

Y recuerden… esto es sólo para informad@s, si ustedes no estuvieran ahí leyendo yo no estaría aquí escribiendo, y si ser Malix el Huso Horario, el Whatsapp, el Facebook, X, la CFE, los troles y envidiosos nos lo permiten, nos leemos pronto, Dios mediante, pero que sea XLaLibre.

Mi correo: quirozjoaquin@yahoo.com.mx. Sígueme en X @joaquinquirozc y Facebook porlalibrecolumna #Xlalibre #yotambiensoymalix #soyquintanaroo

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