Por Joaquín Quiroz Cervantes
Tal y como lo hemos mencionado en más de una ocasión, el binomio político perfecto en Quintana Roo tiene nombre y apellido: Mara Lezama y Morena, una dupla que no solo representa continuidad, sino también confianza y resultados tangibles.
En recientes mediciones —reveladas por los Heraldos de Xlalibre—, la marca guinda mantiene un sólido respaldo ciudadano con más de 70 puntos de aprobación, lo que equivale a que siete de cada diez quintanarroenses confían en la visión transformadora de la primera mujer gobernadora del estado.
Esa cifra no surge de la casualidad ni de discursos vacíos, sino de una gestión donde la justicia social, la cercanía con el pueblo y el trabajo constante han sido el eje rector.
En el lenguaje político-electoral, esta confianza se traduce en una fórmula ganadora: quien sea abanderado de Morena con el aval de Mara Lezama, tiene asegurado un triunfo contundente en las urnas.
Y es que el “marismo” no es una etiqueta ni una moda pasajera; es una corriente política que combina el sello de la Cuarta Transformación con el estilo humano, empático y cercano de Mara.
Donde otros prometen, ella cumple; donde otros se encierran en oficinas, ella recorre colonias, comunidades y ejidos. Por eso, la ecuación Morena + Marismo = Éxito electoral no solo es una lectura política, sino una realidad palpable en cada municipio del estado.
Mientras tanto, los partidos opositores viven una tragedia en varios actos. El PRI es ya un recuerdo descolorido de su pasado glorioso, sin cuadros con arraigo ni proyecto alguno que motive al electorado.
El PAN, dividido y sin brújula, insiste en lanzar a figuras recicladas como Mayuli Martínez, que acumula más derrotas que propuestas. Y Movimiento Ciudadano, que alguna vez quiso posicionarse como “la nueva opción”, hoy es un archipiélago político dividido entre intereses personales y egos desbordados.
En ese panorama, resulta claro que la verdadera competencia electoral está dentro de Morena, pero bajo una premisa irrefutable: respetar la fórmula ganadora del marismo. Quien pretenda apartarse de ella, simplemente estará nadando contracorriente.
De cara al proceso de 2027, los pronósticos apuntan a que el senador Eugenio “Gino” Segura encabece el proyecto de unidad para la gubernatura, con el respaldo total de Mara Lezama. Y ante ese escenario, los opositores —los “opositontos”, como dirían algunos—, no tendrán más remedio que mirar de lejos el nuevo capítulo de la transformación.
Porque en Quintana Roo, la transformación no solo se dice, se construye con el corazón y con resultados. Los logros en materia de infraestructura, bienestar social, turismo sostenible y justicia son el reflejo de un gobierno que trabaja sin descanso. Tres años bastaron para demostrar que la política puede tener rostro humano, que gobernar con amor al pueblo no es debilidad, sino fortaleza.
Por eso, la continuidad del proyecto de Estado marista no es un capricho ni una imposición: es una exigencia ciudadana. El pueblo sabe quién cumple, quién escucha y quién trabaja. Y en esa memoria colectiva, el nombre de Mara Lezama queda grabado como sinónimo de compromiso, justicia y transformación.
Curva peligrosa…
La llegada del gas natural a Cancún, Playa del Carmen y Puerto Morelos marca un antes y un después en la historia energética de Quintana Roo. Las obras avanzan con paso firme y ya se percibe el entusiasmo entre empresarios, hoteleros y habitantes, que ven en este proyecto una oportunidad real de crecimiento y modernización.
Este combustible limpio, seguro y económico traerá beneficios directos: reducción de costos en hogares y comercios, mayor competitividad en el sector turístico e industrial, y un impulso significativo a la sustentabilidad ambiental del estado.
El ambiente es de júbilo y optimismo. Los empresarios celebran la certeza energética que permitirá planificar inversiones a largo plazo; las familias, por su parte, reconocen que este avance representa calidad de vida y progreso. Quintana Roo da así un paso firme hacia un futuro más moderno, eficiente y sustentable, donde el bienestar y la innovación caminan de la mano.
